martes, 14 de junio de 2016

Sé tu mismo siempre...aunque no te comprendan.

Escenario:biblioteca.
Es época de exámenes, nervios y de café; nuestro mejor aliado para las largas noches de estudio. Mis teorías económicas ahí están esperándome pero, maldita seas inspiración! Otra vez me hizo la visita sin que la llame.Ella es así; caprichosa.


Ya sabemos que siempre esos planes que nos empezamos a dibujar de niños se irán llenando de tachotes, de objetivos o pequeñas metas que iremos rectificando día tras día. Algunos los cumpliremos, llegaremos a la meta de esa carrera planificada y, en cambio, otros caminos serán impensables.

Oscar Wilde, escritor, poeta y dramaturgo (16 de octubre de 1854-30 de noviembre de 1900) hizo una reflexión tan cierta: "El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre o de una nación".


 ¿Descontento? Uf! Entonces tengo muchos primeros pasos porque sí, estoy descontenta con la realidad del mundo; decepcionada y triste. Refugiados que intentan sobrevivir de la guerra, aquellos niños que no saben lo que es jugar; sólo miran el horizonte buscando esa orilla que les salve del cementerio del mar. Y aquí nadie se mueve; los dejamos morir. Después los terroristas que matan en nombre de Alá, más bien lo que creen que es "su" justicia sin importar si son niños, padres, madres o amigos. Otros que roban y no saben lo que es pagar ese delito y en cambio, otros lo hacen para poder comer y se ven encerrados en cuatro paredes. 

Pero mi gran descontento o desilusión era esa creencia que la gente era buena, que intentaba ayudar sin juzgar y sabía escuchar. ¡Santa inocencia infantil!
No diré algo descabellado si digo en voz alta que las personas son egoístas; que incluso hay personajes que,para conseguir sus fines, da igual qué hacer ni cómo.
Pero hay esperanza,la hay....Tú maleta está llena de ilusiones y, sin querer, se va llenando de rabia o dudas pero la libertad empieza por uno mismo.
Hay personas bellas que amarás con cada parte de tu ser, que la querrás proteger de cada dolor, de cada lágrima salada, del frío y de la soledad. Puedes sufrir, no nos engañemos. El carnaval de la vida también tiene matices oscuros.No somos invencibles. Si lo crees; estás perdido. 

Desde pequeñitos nos inculcan ser fuertes, no llorar, no caer, ser ese muro que no se derrumba. Error. Incluso los atletas, para empezar esa carrera debe empezar desde abajo y calibrar sus fuerzas.
Yo caí en el pasado; duele pero enseña tanto. Qué duro es a veces vivir pero prefiero sentir con el alma que caminar sin luz.  
La incomprensión, el no querer, el silencio o soledad pueden inundar esa realidad. Recuerdo haber sido fuerte; a veces demasiado, recuerdo no haber juzgado a nadie y sí, fui yo en cualquier parte. Ahí está la esencia. Sé tú mismo.

Vale la pena soñar. Vale la pena caer y levantarse. Vale la pena equivocarse y aprender la lección. Trata de ser mejor cada día más pero sin dejar de ser tu persona. Serás consciente que en esta vida ganas y pierdes pero es maravillosa; siempre. 
Ahora parecerá que soy perfecta; ni mucho menos. Tengo mis defectos con mis virtudes; seré cabezota y pesada, una soñadora en esta realidad pero soy real; aunque no me comprendan la mayoría.Da igual porque no me importa.
Aprendes a seleccionar; o te lo imponen, pero lo que vale la pena son aquellas personas que te apoyan; que te dicen " Sigue, que tú puedes", que te dan ese abrazo sin pedirlo. No nos engañemos; la lista no es muy larga. Ni la mía ni la tuya. ¿Pero, qué importa?

Ayuda, escucha, aprende de las caídas y si alguien no está tan fuerte como siempre no juzgues, no le pongas más peso para que se levante. Estamos rodeados de incomprendidos; no seas tú uno de ellos.
Te lo dedico a ti, a mi mitad, que los muros aquellos que tapan a veces el sol se irán yendo. Te ayudaré; ahora y siempre, porque si caes yo caigo. Las bellas personas tienen luz propia y tú inundas el mundo; el nuestro.


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