Muchos meses sin escribir (¡quizás demasiados!), muchas experiencias, vivencias, alegrías y decepciones. En eso consiste vivir: sentir, ¿no?
Pero hoy mi alma está más desnuda que nunca, quizá más frágil o más nostálgica pero el maldito calendario me recuerda qué día es hoy...
No es fácil y reconozco que cada palabra escrita puede no ser la más idónea, incluso llegaría a decir que es de lo más complicados porque escribir a quién no está es un dolor constante.
Te fuiste demasiado rápido, luchaste como nadie y nos enseñaste muchas cosas; más de las que crees. Y aquí nos hemos quedado sin ti, huérfanos de tus risas, bromas, de tus chistes que aunque fueran de los más malos siempre acababan sacando una sonrisa; y sólo puedo decir GRACIAS.
Ser la hija mayor de una gran familia no es fácil y más con duras circunstancias, siendo sincera hubo un tiempo que me alejé; no podía ser de otra manera porque sino me hundía. ¿Cobardía? ¿Necesidad? No lo sé ni me importa pero te quise, te quiero y siempre te querré. A veces las personas nos encerramos en un caparazón y nos escondemos para evitar más dolor pero hay que seguir hacia adelante, con el corazón como bandera y querer a los tuyos; a los que no te fallan, a los que te perdonan sin pensar, a los que te dan ese abrazo sin pedirlo. Y ahí estás tú, luchador como nadie pero la última batalla la perdiste y la perdimos todos.
Recordar duele, quién diga lo contrario miente, pero también depende de los recuerdos escogidos por esa mente pensante y hoy son torbellinos en mi interior. Tú olor, tus gafas que siempre llevabas encima, el sonido de tus llaves al entrar, tus canciones en el coche con tu Bordón 4 y tu polo siempre impecable. Pero luego vienen el de los últimos días, esos donde la vida se te iba por momentos y yo sólo deseaba cogerte fuerte y darte de la mía, quitar ese sufrimiento para siempre y esa mirada cada vez más lejana, cansada, deseando irse porque tus fuerzas se iban apagando.
Una pesadilla real y sólo deseaba que dejaras de sufrir, verte ahí y no poder hacer sólo hacía crecer mi impotencia, llorar a escondidas porque llorabas al verme llorar y hubo ese momento; NUESTRO MOMENTO. Sabía que te ibas y no pude hablarte más con el corazón; ese te quiero inmenso cogiéndote de la mano fuerte fuerte y tú te quiero fue el regalo más bello que me diste, Sueña extraño que una palabra dé tanto pero no sabes lo que fue para mí, un lo siento, un estaré siempre ahí; un quédate.
Pero te fuiste. Te despediste de todos y se apagó tu luz dejando oscuridad. Desde ese momento sólo recuerdo visitas, lágrimas y silencio. Cómo quema ese silencio y aunque me llamen loca te buscaba, te hablaba, los días malos intentaba tener tu consejo pero aunque te sentía no tenía tu voz. Cuando reías y decías '¡Ay mi Maribel!
Hace un año que te marchaste papá y aquí todo cambió. Nuestras vidas siguen hacia adelante, tus nietos crecen pero sin poder decir yayo y duele, no sabes cuánto! Algunos pueden no creer en ese sentimiento de echarte en falta, y yo jamás creí echarte tanto de menos pero hay momentos que pienso que ojalá estuvieras aquí y me pusieras tu Bordón 4; pero no estás. NO VOLVERÁS.
Sólo me quedan esos recuerdos que no se marcharán, sólo el día que mi luz se apague y sé que mi papá me cuidará; demasiados ángeles arriba....
Y cuando mis lágrimas inundan mis ojos sólo puedo decir que gracias por quererme, porque al final estuvimos juntos, que sabes que tu niña a pesar de todo quiso estar a tu vera y esa canción " Me muero por ella " de Bordón 4 suena en esta habitación en este día, el maldito 9 de Octubre.
TE QUIERO PAPÁ
MARIBEL