miércoles, 25 de julio de 2018

¿Soñamos?

Otra vez estoy aquí contigo acompañándote y te doy las gracias. Mil gracias. Te engañaría si te dijera que estas letras se escribieron en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo contrario, y me sorprende. Mi idea primaria se tuvo que trasladar a otro día del calendario por causas ajenas a mi voluntad. Todavía no puedo anunciarlo pero sé que será el inicio de algo; quizás insignificante para el mundo pero para mí será entregar un poco más de luz a momentos teñidos de oscuridad.
¿Por qué estas frases fueron tan tardías? Soy demasiado exigente y temía no calibrar las palabras adecuadas pero al final deje la mente quietecita y fui la pasional, la entusiasta e impulsiva que me define y soñé. Soñé despierta.

Soñamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo. Sin embargo, sólo soñamos por ráfagas de pocos minutos. Para que os hagáis una idea: a lo largo de nuestra vida soñaremos unos seis años enteros. Científicamente tiene una explicación de cómo se producen los sueños y, lo más importante, la función de los mismos. Desechar y seleccionar los recuerdos. Y yo que pensaba que eran los recuerdos que venían a buscarme a mi...

Sigmund Freud ( 1856-1939), médico neurólogo austriaco de origen judío y padre del psicoanálisis fue una de las figuras más relevantes que han estudiado todo lo relacionado con este mundo. Según él, la función de los sueños es satisfacer nuestros deseos. 


Pero si hablo de sueños no me puedo olvidar de las temibles pesadillas. Son ecos de nuestros temores, miedos y preocupaciones. Incluso el mar más bello tiene mareas que arrastran todo hasta un lugar oculto, desconocido; ellas actúan igual. Estas angustias nos paralizan haciendo que la penumbra se presente apagando la luz de nuestras fantasías. Ahora nos toca decidir; a ti y a mi hacia dónde vamos. ¿Soñamos?

La vida es un viaje donde el reloj de arena se va vaciando, donde la clepsidra llena el recipiente sin descanso. Tú decides si quieres volar en tierra; si vas a ir hacia aquello que te regala resplandor o, por el contrario, bailas con las tinieblas. 
Pensarás que soy de lo más positiva o que la vida siempre me ha tratado bien, ni mucho menos. Aprendí a nadar entre tiburones, aprendí a sonreír con la mirada y llorar con la sonrisa, aprendí a besar al miedo y repudiar las falacias de encantadores de serpientes.Sueños que se convirtieron en temores reales. ¿Pero sabes? No es para siempre y esconde sabiduría detrás de ello. Aprenderás a ser fuerte y esa enseñanza no se irá; te lo aseguro. 

"Le Petit Prince" de  Antoine de Saint-Exupéry ya lo decía:
«Es una locura odiar a todas las rosas porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque uno de ellos no se realizó».

Y me emociono. Lo reconozco. Soñé y sueño. Siempre. Hubo períodos que hasta las pesadillas me odiaban pero mis anhelos vinieron a buscarme o fui yo; qué más da. Y no hay que sentirse débil si no consigues aquello que te propusiste porque puede ser que aquello que buscabas ya no es tan necesario y hay algo esperándote a la vuelta de la esquina. No vas a poder controlarlo todo; no te voy a engañar. No te diré que todo va a ser maravilloso, que no te detengas que la meta está ahí para que la cruces en primera posición. Caerás. Te harán tropezar. Sentirás que tus piernas no pueden más con esa maratón pero no te pares. Levántate y sigue aunque tengas que entrar caminando. Y no lo harás solo. Pide ayuda. Cógete fuerte a las personas que están contigo; incluso las desconocidas, las recién llegadas a tu vida. Incluye a las oscuras. Ellas te darán más impulso; te lo aseguro.
Tu victoria es lo importante; el mundo que gire sin parar pero que tu universo no se frene. Ahora es el momento de hacer lo que más quieres.No mañana ni pasado.No te reprimas por miedo o cobardía. ¿Sigues creyendo que no vale la pena? 

Personalmente hay personas que me han enseñado la parte más oscura, la que es capaz de matarte en vida o hacerte sentir que tus sueños son quimeras y tú lo más débil; sin fuerza ni espíritu. Pero también personas que saben sentir la dulzura de una alma sensible y la cuidan. Y luego hay personas que descubres por casualidad, por bellos escritos que cada vez quieres más de ellos. Los escritores son de otra pasta, delicadeza y garra. Como aprendiz intento convertirme en una esponja de ellos y uno me fascinó su espíritu, su sentido del humor y su buen corazón. Él es Blas Ruiz Grau ( @BlasRuizGrau) , que con su último libro "¡Qué nadie toque nada! " está triunfando pero a mi me ganó su fortaleza. Su sonrisa a pesar de momentos duros, de que te digan que no puedes hacer algo para que él demuestre que eso no es así; sus sueños son más inmensos que los diagnósticos, las fechas de calendario o los miedos que puede sentir. Tiene motivos, sobretodo el timón rubio de su vida , para seguir hacia adelante sin detenerse; unas veces irá como el águila y otras como un caracol pero siempre hacia el futuro. Él claro ejemplo que jamás dejes que los sueños se diluyan. No será un camino fácil pero vale la pena. NUNCA TE RINDAS. SUEÑA.

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